martes, 10 de diciembre de 2013

El Cava extremeño sigue creciendo


El cava extremeño sigue creciendo
08.12.13 - 00:43 -

 El cava, ese vino espumoso blanco o rosado cuyo consumo en España se centra en la época navideña, se llama así porque su hábitat primitivo eran los espacios subterráneos abovedados. Las cuevas. La metáfora de salir de la cueva que se utiliza en la jerga futbolística para cuando un equipo sale al ataque es perfectamente aplicable al cava extremeño. Si en 2004 la incontinencia verbal del exvicepresidente de la Generalitat catalana Carod-Rovira hizo que el espumoso regional empezase a ganar notoriedad, nueve años después la situación política catalana le ha dado otro empujón. Pero no solo por eso. Intentar explicar qué ha pasado para que de 2012 a 2013 se haya incrementado la producción regional en 1,5 millones de botellas tiene básicamente unos apellidos: López Morenas. La irrupción de la tercera bodega más grande de España en este subsector y, con ella, una nueva
visión del negocio tiene buena culpa de este salto espectacular.

La bodega asentada en Fuente del Maestre se ha quedado con Inviosa, una de las cuatro autorizadas en Extremadura para producir cava acogido a la denominación de origen de ámbito nacional. Las cuatro están en Almendralejo, único término municipal extremeño con permiso para sacar cava con DO. En el conjunto de España un total de 246 empresas vinícolas de siete comunidades autónomas están inscritas en ese sello de calidad.
«Necesitamos más uva para cumplir con nuestros pedidos. Necesitamos que en Almendralejo haya más hectáreas de uva blanca», es el mensaje reiterado por Jorge López Morenas, que va a batir récord de ventas. El aterrizaje de esta familia en la producción -también para marcas blancas- y comercialización (la mitad de sus botellas son para el extranjero) del vino espumoso ha removido al sector, tanto regional como de otras zonas de España.
Sus competidores extremeños -Vía de la Plata, Romale y Marcelino Díaz- se han beneficiado del tirón y pretenden aumentar clientela aunque de forma mucho más moderada y enfatizando su característica: cava elaborado de forma artesanal. Y muy volcado en territorio español. Mientras, los viticultores almendralejenses atisban un futuro más que interesante. Plantar uvas de la variedad macabeo, parellada y chardonnay, las tres blancas con las que se hace cava, trae cuento. Hay en marcha un plan de reestructuración general en los que se apuesta por estas variedades. Se pagan hasta cien pesetas más por kilogrado que las otras.
«Es una alternativa que va a cambiar las hectáreas de Almendralejo a corto plazo», resume Santiago Prieto, técnico de la Comunidad de Labradores. De las 16.000 hectáreas de viñedo con las que cuenta el término almendralejense, solo 350 se cultivan ahora para criar cava.
Un incremento espectacular
«Para el año que viene creo que se duplicará la cifra. Esperemos que en poco tiempo seamos capaces de tener más de 1.000 hectáreas para el cava», subraya David Díaz, exgerente de Inviosa y fichado por López Morenas para seguir con el negocio a través de su antigua marca, Bonaval.
«Seguramente si hubiera más hectáreas para cava ese cava estaría ya vendido en estos momentos aunque hay que ir con prudencia y sin perder nuestra diferenciación de producto de alta calidad y elaborado de una forma determinada», resume Marcelino Díaz, quien comercializa bajo la conocida marca Puerta Palma.
La edad de oro del cava extremeño es evidente. Hasta 2004 Extremadura no sacaba más allá de 75.000 botellas. Al año siguiente esa cifra se cuadruplicó (300.000). En 2010 se llegó a 600.000, una cifra que más o menos se ha mantenido, evidenciando un ligero parón en su carrera de crecimiento, en los dos siguientes años. La crisis en su momento más duro han sido un contratiempo insalvable también para el cava. Ahora desaparecen los nubarrones, tanto por la situación en Cataluña como por la demanda exterior.
El presidente de Freixenet, Josep Lluís Bonet, ha admitido que su compañía está siendo víctima del boicot dentro y fuera del territorio catalán. Dentro porque se ha declarado en contra de la independencia de Cataluña. Y fuera por el propio debate abierto. En este río revuelto, el cava extremeño sale ganando.
«Nuestra calidad es innegable y eso abre muchas puertas. Otras, también hay que admitirlo, se abren por la situación en Cataluña», indica Carmina Vázquez, gerente de Bodegas Marcelino Díaz. «Toda esa situación nadie la ha buscado, o al menos nosotros no. Anima de forma considerable la demanda de cava extremeño pero también es cierto que nuestro cava por sí solo es capaz de posicionarse en el mercado una vez que lo han probado», agrega Díaz.
Flor Rodas, portavoz de Bodegas Romale, introduce otro matiz. «En nuestro caso no hemos notado una influencia por el tema de la situación política. Con respecto a los cavas extremeños en general, sí que ha habido un incremento de la demanda últimamente pero creemos que principalmente va asociado a una mejor calidad de nuestros productos así como un mayor conocimiento de los mismos».
Rodas pone el dedo en la llaga en uno de los obstáculos que tienen tres de las cuatro bodegas regionales. «Al ser elaborado de forma más artesanal puede ser más caro que el catalán. Por lo tanto no es muy competitivo en cuanto a precio».
Ventas al exterior
En ese terreno, Bodegas López Morenas se desenvuelve con soltura. Las antiguas instalaciones de Bodegas Inviosa, que adquirió junto a la bodega y parte de la plantilla, pueden producir hasta 4 millones de botellas al año. Este año se quedarán cerca de 2 pero para el próximo año ya están vendidos 3 millones, la mitad para destinos internacionales. Hasta 27 países. Desde Europa a Asia. Alemania y Gran Bretaña son sus mejores clientes. López Morenas puede embotellar hasta 15.000 envases al día.
Su producción industrial -desde las 4 de la mañana hasta las 00.30 horas de la noche funcionan las máquinas la mayor parte del año- y su amplia cartera de clientes le permiten fijar unos precios muy por debajo de lo que pueden establecer las otras tres bodegas extremeñas «sin mermar un ápice nuestra calidad», sentencia David Díaz.
Bodegas Romale ha sacado este año al mercado unas 50.000 botellas y «la perspectiva es vender todo lo embotellado», señala Flor Rodas. En 2004 sus ventas eran de 10.000 envases. Su mercado, al igual que el resto de las otras tres bodegas almendralejenses, es sobre todo nacional. Romale habla de un 75% de sus ventas en España y el 25% restante son foráneas.
Marcelino Díaz, que hará 100.000 botellas de cava Puerta Palma para este 2013 (frente las 25.000 de 2005), entiende además que el mercado exterior «es más agresivo», lo que a su juicio es más favorable para la incursión de las grandes bodegas, «que pueden fijar unos precios más bajos al tener menos costes, mucho más producción y siguen no un sistema artesanal como el nuestro, con lo que eso significa, sino uno industrial».
Asume que el cava extremeño ha salido ya de las catacumbas, desde el punto de vista de su notoriedad, aunque matiza que no hay que dejarse llevar por la euforia. Sobre todo para las empresas familiares del cava, un producto que necesita una crianza mínima de nueve meses y cuya graduación oscila entre los 11 y 12 grados. El cava, según su dulzor, se clasifica, de mayor a menor, en brut natura, extrabrut, brut, seco, semiseco y dulce.
«Lo ideal sería que el consumo se agrandase en España y que no fuese como ahora, centralizado básicamente en Navidad. El problema de inicio es la incultura del cava. Es patente. Es un producto exquisito, ideal para el verano y como complemento con las comidas, no para los postres. Eso es una aberración. Aquí no se valora ni eso ni que nuestro cava es de una calidad idéntica al menos que el catalán», agrega.
Vía de la Plata pone a la venta unas 200.000 botellas este año. HOY ha intentado conocer su opinión sobre el sector pero no ha obtenido respuesta. Su expropietario, Aniceto Mesías, fue el primero que descorchó un cava en la región. Fue el 19 de noviembre de 1983. Hace 30 años. El cava regional ya es definitivamente mayor.