domingo, 15 de enero de 2012

Los alcaldes no le ven ventajas a la concentración de municipios


En Europa están fusionándose para disminuir su número, y la Junta tiene en curso un estudio de la situación territorial 

A la Europa del sur se la acusa de malgastar hasta en el número de municipios. Grecia y Portugal, países intervenidos, han iniciado reformas territoriales y tras recorrer Italia, la ola ha llegado a España, donde se plantea la supresión de las diputaciones provinciales, y los estudiosos de la organización administrativa piden también la concentración de municipios.
El verano pasado el profesor de Derecho Financiero de la Universidad de Extremadura Clemente Checa planteaba una región con solo 40 grandes municipios, y con motivo del último padrón de habitantes publicado por el Instituto Nacional de Estadística, su compañero Julián Mora Aliseda, especialista en ordenación del territorio, ha subrayado que decenas de pequeños pueblos extremeños están en agonía y abierta decadencia demográfica.
Proponen una concentración de municipios en Extremadura, de manera que el más pequeño de ellos reuniera un mínimo de 5.000 habitantes, tamaño a partir del cual puede permitirse pagar unos servicios medianamente adecuados, a la vez que se consigue un ahorro poniendo en común los mismos medios.
Si en España hubiera que realizar ese proceso -cuenta con 8.116 ayuntamientos, el mismo número que Alemania cuando esta ronda el doble de población-, en Extremadura la urgencia sería doble en opinión del profesor Mora Aliseda.
Y es que mientras en el conjunto nacional el 3,2 por ciento de la población vive en localidades menores de 2.000 habitantes, en Extremadura se multiplica por siete y son el 20 por ciento. Apenas 100 de los 387 municipios extremeños cuentan con más de 2.000 vecinos.
Dos de los tres países europeos que han sido intervenidos para evitar su quiebra, Grecia y Portugal, han iniciado un camino similar. El primero puso en marcha un plan para suprimir los ayuntamientos menores de 10.000 habitantes, que eran dos tercios de los existentes, y en Portugal están analizando los criterios para hacer desaparecer 70 municipios y 1.600 entidades locales menores o freguesías.
En España «o lo hacemos nosotros, o nos obligarán a hacerlo», pronostica el profesor Julián Mora.
En su opinión, la Junta no debería esperar sino anticiparse y promover una reordenación territorial para conseguir municipios de un mínimo de 5.000 habitantes; los que estuvieran por debajo de ese umbral, pero disten 15 o 20 kilómetros de las grandes poblaciones, serían absorbidos por estas últimas.
Se trataría en todo caso de un proceso de concentración administrativa, económica y funcional que no privaría de vida a los actuales núcleos urbanos, y que debería hacerse con unos criterios previamente meditados y negociados.
Pero los munícipes avezados, alcaldes con varias legislaturas de experiencia a sus espaldas, no ven en los pronósticos de Mora, o de Checa más que propuestas de gabinete, alejadas de la realidad local y social, y carentes de unos cálculos previos rigurosos.
Por ejemplo José Calvo, alcalde de Burguillos por el PSOE, que no duda de que los países centroeuropeos o nórdicos puedan hacer este tipo de concentraciones, pero está seguro de que al menos en los países mediterráneos la reorganización territorial no puede hacerse desde arriba, con decisiones políticas o académicas, sino desde la educación social.
Estudio serio
Pero sobre todo duda de la eficacia de la mera concentración. «Yo no conozco ningún estudio serio y riguroso, si alguien lo tiene que diga en qué ganamos». Se reducirían alcaldes y concejales, eso sí, pero en los pueblos menores de 5.000 habitantes no suponen prácticamente ningún gasto, y por contra a partir de ahora se producirían más tensiones políticas porque los habitantes del núcleo más poblado tendrían con sus votos poder sobre el resto.
«Pero lo que de verdad cuesta seguiría igual; el suministro de agua, el saneamiento, la iluminación, la policía local donde la haya, el personal administrativo...». Para aunar servicios ya se dispone de la posibilidad de colaboración en las mancomunidades, siempre que no se conviertan en una nueva burocracia, por lo cual Calvo no encuentra ninguna ventaja y sí muchos problemas de identidad, capitalidad, distribución de poder, etc.
Desde Fuente del Maestre su colega, pero del PP, Juan Antonio Barrios tiene la misma visión. «No hay ningún estudio serio que diga las ventajas». Cuando se habla de esto solo se piensa en disminuir el número de políticos, pero el ahorro en una comarca en retribuciones a alcaldes y concejales de pueblos de 1.000, 2.000 o 500 habitantes sería nulo porque «prácticamente ninguno cobra».
«Si fusionamos tres pueblos con piscina qué hacemos, ¿cerramos dos de ellas? Eso es volver para atrás en servicios al ciudadano». El problema de la administración local (ayuntamientos y diputaciones) sigue siendo, a su juicio, la mala administración de algunos -«unos están mal y otros no estamos tan mal»- que se han empeñado en proyectos desproporcionados fuera de toda financiación posible. La clave territorial del conflicto continúa -afirma- en las competencias repetidas entre administraciones, sin la financiación adecuada en algunas de ellas.
De momento la Junta, con amplias competencias en la organización territorial por el nuevo Estatuto de Autonomía de 2010, está haciendo un estudio y una valoración de la situación actual de la administración local que servirá de documentación y análisis previo a la futura Ley de Administración Local. Cualquier debate contará con todas las administraciones y sus representantes y con todos los agentes e interlocutores implicados y con competencias: entre otros, la Fempex y el Gobierno central. Con la primera ya ha tenido la Junta los primeros contactos informales, y los habrá con el Gobierno «tan pronto como sea posible».
Desde Burguillos del Cerro (3.300 habitantes) ve totalmente inviable e innecesaria la desaparición de municipios para fusionarse y crear otros más grandes. En su opinión, no están demostradas las ventajas y además encontraría mucha oposición popular por la pérdida de identidad de los vecinos.
El alcalde de Fuente del Maestre (6.929 vecinos), cree que en España se ha instalado una obsesión por reducir el número de políticos provinciales y locales, que achaca al desconocimiento de que la inmensa mayoría de los que trabajan en pequeños municipios no cobra ni un euro.
«O lo hacemos nosotros, o nos lo impondrán desde Europa», pronostica, y anima al Gobierno regional a ejercer esa responsabilidad. Fusionar los pequeños ayuntamientos, para conseguir un músculo mínimo de 5.000 habitantes, y que las ciudades absorban a los pueblos en un radio de 15 kilómetros.