sábado, 16 de abril de 2011

Dudas sobre el futuro del AVE a Portugal por la crisis y la intervención del país

Obras en Extremadura,  línea AVE Madrid-Lisboa

El rescate financiero de Portugal y la situación de incertidumbre política en que queda el país vecino ponen en peligro una de las infraestructuras más ambiciosas de la Península, como es el AVE entre Madrid y Lisboa. El Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones ha pasado la patata caliente al próximo gobierno al asegurar que será éste el que tenga que decidir sobre el futuro del tren de alta velocidad. Hay que tener en cuenta que Portugal afronta durante los próximos años duros ajustes fiscales que se verán también reflejados en menos infraestructuras o en hacer de pago algunas de las que hasta ahora eran gratuitas.

Preocupación en Extremadura


La vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno extremeño, Dolores Pallero, quien se desplazó hasta Lisboa para reunirse con el embajador de España en Portugal, Francisco Villar, ha asegurado que «no consideramos la posibilidad de que no se construya el tramo portugués, fue un acuerdo al que se llegó en una cumbre hispano-lusa y es un proyecto europeo que cuenta con financiación comunitaria».
Pallero aseguró que la Junta mantiene su confianza en que continúe la tramitación normal de las obras, ya que su cancelación "supondría un error estratégico para Portugal".
La conclusión del proyecto de alta velocidad ferroviaria en suelo luso estaba prevista en 2013, aunque los medios de comunicación portugueses ya lo dan por cancelado, mientras el Ejecutivo -ahora en funciones- sigue sin pronunciarse, informa Efe.
El rescate financiero de Portugal, la celebración de elecciones anticipadas el próximo 5 de junio y el declarado rechazo del principal partido de la oposición y favorito en las encuestas, el Social Demócrata (PSD), al AVE Madrid-Lisboa son las principales amenazas que se ciernen sobre este proyecto.
La portavoz de la Junta resaltó que Extremadura «se juega mucho» con la consecución del AVE entre Madrid y Lisboa, ya que le permitiría situarse en el centro de un «triángulo estratégico» entre las capitales de España y Portugal.
La dirigente socialista recalcó que, aun en el caso hipotético de que el tramo portugués no se lleve finalmente a cabo, el Ministerio de Fomento español ya garantizó que la obra en la parte española se ejecutará, pese a que «el interés del proyecto radicaba en la conexión con Lisboa».
El proyecto se divide en dos tramos, el primero de ellos el de Lisboa-Poceirao, que salió a concurso en 2009 y fue cancelado posteriormente en 2010 cuando tres firmas habían presentado sus propuestas. De este tramo no se ha vuelto a realizar convocatoria, como prometió el Gobierno portugués, lo que ha llevado al consorcio Tave Tejo, uno de los tres que se presentó al concurso y que está participado por la española FCC, a reclamar los 10,6 millones de euros que invirtió en la elaboración del proyecto.
El segundo tramo, entre Poceirao y Caia, fue adjudicado al consorcio luso Elos y estaba previsto que comenzara a ser construido a principios de 2011, aunque por el momento se desconoce la fecha de inicio de las obras e, incluso, la prensa lusa especula sobre las indemnizaciones a pagar si finalmente se cancela el proyecto.