martes, 26 de abril de 2011

Portugal mete su AVE en un cajón





Simulación de cómo sería el puente para que el AVE portugués llegase hasta Lisboa desde Poçeirâo. :: HOY
NATALIA REIGADAS | BADAJOZ

Si Extremadura consigue su AVE será hasta Badajoz, al menos por el momento. Portugal ha metido definitivamente su tren de alta velocidad en un cajón y es imposible saber cuándo volverá a sacarlo. La última noticia es que el Gobierno luso, que debía abrir un nuevo concurso para adjudicar el proyecto del tramo entre Lisboa y Poçeirâo, ha renunciado a hacerlo y el plazo ha expirado.
En estos momentos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) negocia con Portugal las condiciones del rescate económico que sacará al país de la complicada situación financiera en la que se encuentra. A este problema hay que sumar la enorme crisis política en la que viven los lusos tras la dimisión de José Sócrates y la convocatoria de nuevas elecciones.
En medio de todo está el AVE. Apoyado por Sócrates, pero rechazado por parte de la oposición. Y más concretamente, un tramo del tren de alta velocidad que une Lisboa y Poçeirâo. Se trata de una pequeña distancia, pero de gran importancia, ya que es necesario construir un puente que llegue a la capital portuguesa. Es una obra muy grande y muy cara. Se convocó un primer concurso para adjudicar las obras, pero finalmente el Ejecutivo luso se echó atrás. Tenían seis meses para volver a convocar el concurso, pero el plazo terminó en marzo y todo sigue parado.
Según ha publicado recientemente la prensa lusa, tanto el primer ministro como el ministro de Obras Públicas, António Mendonça, habían diseñado una segunda propuesta para este tramo. La estrategia era convocar un concurso para un proyecto menos ambicioso que recortase gastos, por ejemplo eliminando la conexión del AVE con el nuevo aeropuerto internacional de Lisboa. En principio, iban a presentar su plan el 16 de marzo en el consejo de ministros pero, según se ha sabido ahora, se encontraron solos, sin apoyos, así que renunciaron.
La propuesta está en un cajón y hasta que no se resuelvan las elecciones portuguesas o pase la crisis será difícil que lo vuelvan a intentar, a pesar de que se enfrentan a la posibilidad de tener que indemnizar a las dos empresas que se presentaron al primer concurso, FCC y Mota-Engil, con millones de euros por no seguir adelante.
Mientras, el futuro del AVE español está en manos del Ministerio de Fomento. Su titular, José Blanco, se comprometió a licitar todos los tramos antes de que termine el mes de abril. Quedan solo cinco días para cumplir el plazo.