miércoles, 29 de febrero de 2012

Olivenza, las viejas heridas entre Portugal y España

CONFLICTO | Recuerda la pérdida de algunos territorios

Diputados portugueses, contra una obra de teatro en un pueblo extremeño

  • Rememora la Guerra de las Naranjas en la que España se anexionó territorios
  • La pieza teatral está previsto que se estrene el próximo 2 de junio


Seis conocidos diputados del Partido Socialista portugués (PS) han escrito una carta al ministro de Exteriores luso, Paulo Portas, solicitando que interceda ante el Gobierno español para impedir que en el municipio extremeño de Olivenza se represente una pieza de teatro que, entre otras cosas, rememora la Guerra de las Naranjas en la que España se anexionó ese y otros municipios hasta entonces portugueses.
De momento, el ejecutivo portugués no ha dado ninguna respuesta a la petición de los diputados socialistas, y por su parte el alcalde de Olivenza, el popular Bernardino Píriz, no entiende el revuelo que se ha levantado por lo que él considera que no es más que una representación teatral sobre la historia del municipio, que tiene previsto estrenarse el próximo 2 de junio.
El problema es que en la historia de Olivenza se concentra una de las rivalidades más explícitas entre España y Portugal. El rey portugués Dinis consiguió anexar ése y otros pueblos a la corona lusa, a través de la firma del Tratado de Alcañices, en 1297, como compensación por la pérdida de otros terrenos, estableciéndose así la frontera más antigua de Europa.
Sin embargo, seis siglos después, el conflicto en la frontera extremeña volvió a desatarse. Fue, concretamente, en el año 1801, cuando el valido del rey Carlos IV, Manuel Godoy, inició una ofensiva militar sobre Portugal entrando por Badajoz. En la contienda, que quedó conocida con el nombre de la Guerra de las Naranjas, el reino de España se anexionó, entre otros municipios, el de Olivenza.

Amor entre España y Portugal

Pero los portugueses no aceptaron lo que consideraron una usurpación y en 1815 consiguieron que el Congreso de Viena recomendase su devolución. Aún así, al no redactarse ningún tratado que sustituyera al firmado tras la Paz de Badajoz, España acabó por no entregar la plaza de Olivenza.
"No es cuestión de dramatizar, pero sí queremos dejar claro que es una cuestión que no está zanjada, por lo que no conviene abrir heridas ni herir susceptibilidades", afirmó el diputado socialista Paulo Pisco, quien ha dicho que "las historias de amor entre Portugal y España se representan de otra manera, no sacando lo negativo y los conflictos".
Aunque todavía no han tenido respuesta por parte del gobierno de mayoría conservadora de Lisboa, Pisco ha dicho que su principal objetivo está "cumplido", ya que consistía en trasmitir su desagrado al alcalde de Olivenza y asegurarle que su iniciativa "sí que ofende, por mucho que él diga lo contrario", ya que, en caso contrario "no se habrían levantado tantas voces en contra".