jueves, 20 de octubre de 2011

El camalote y el nenúfar mexicano se expanden en el Guadiana

Confederación intenta evitar que el camalote llegue hasta Badajoz


La presa de Montijo, a salvo de la invasión, actúa de barrera que impide su propagación por toda la cuenca


 En Badajoz. Las manchas verdes son de nenúfar mexicano. :: C. M.
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Un gesto inoportuno puede desencadenar un desastre natural que debe combatirse con un abultado presupuesto. El mejor ejemplo se ve estos días con el camalote. Una especie invasora que llegó al Guadiana en el año 2004 por el río Ortigas a la altura de Medellín porque alguien la tenía de adorno en su estanque o acuario y la echó al desagüe.
Siete años después, sigue siendo un verdadero quebradero de cabeza que ha requerido de mucho esfuerzo y dinero para intentar mantenerlo a raya. La erradicación total en la cuenca no se ha conseguido. Ha aparecido intermitentemente y ahora, con las altas temperaturas que favorecen su capacidad reproductica, su invasión se ha disparado.
Confederación tiene a sesenta personas retirando camalote a mano y con máquinas entre la presa de Alange y el tramo urbano de Mérida. Además del limpiar el río, el objetivo de este operativo pasa por evitar a toda costa que su invasión llegue hasta la presa de Montijo, un pantano que actúa de paraguas y protege el resto del cauce, incluido el tramo urbano de Badajoz. Los expertos creen que si pasara de esta barrera ya no se podría evitar su propagación hasta Portugal. El paso puede suponer una auténtica ruina para la zonas de regadíos porque la planta podría llegar a paralizar los sistemas de distribución de riego.
Además del trabajo de estas sesenta personas, otro factor a tener en cuenta en esta lucha es la meteorología. Hasta ahora jugaba en contra porque con las temperaturas veraniegas el camalote no tiene problemas para seguir sumando hectáreas de verde en el río y la retirada de los operarios casi no se nota, pero con el termómetro en registros invernales la reproducción se estanca y los trabajos de lucha contra la plaga resultan más efectivos.
De momento, las últimas barreras que hay para controlar esta plaga se encuentran bajo uno de los puentes de Mérida, a varios kilómetros todavía de la presa montijana.
Desde Confederación Hidrográfica dejan muy claro que esta campaña en el entorno de Mérida nada tiene que ver con el otro frente que tienen abierto en Badajoz, donde también se ven manchas verdes y barreras de retención. En este caso trabajan para eliminar el nenúfar mexicano, una especie invasora igualmente, pero mucho menos dañina para la vida del río.
En Mérida. Varios operarios retiran camalote del Guadiana cerca de Mérida. :: HOY
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Nicolás Cifuentes, jefe de actuaciones forestales del organismo y responsable tanto del operativo de Mérida como del de Badajoz, explica que el nenúfar mexicano que invade algunos tramos en Badajoz se asemeja al autóctono, una planta que crece desde el suelo, es decir, tiene raíces en el suelo y por tanto su capacidad de dispersión es muy limitada. Sólo crece en las laderas, mientras que el camalote flota en el agua y tiene una capacidad de dispersión muy desarrollada.
No es casualidad que coincida un repunte del camalote con la proliferación del nenúfar mexicano porque a ambos les beneficia las mismas condiciones -poco caudal, aguas tranquilas o insolación- pero tanto la capacidad de movimiento como de crecimiento no tienen nada que ver.
El nenúfar que ahora se ve en el tramo urbano de Badajoz ha tardado tres años en reproducirse, mientras que el camalote solo necesitaría un mes para ocupar el mismo espacio en el río, según los expertos que trabajan contra las plagas en el Guadiana.
Otra diferencia clara es que al camalote no le afecta la sombra, aunque las condiciones favorables para su propagación se dan con sol, también se reproduce en zonas de umbría. El nenúfar, en cambio, no sobrevive sin luz solar.
A pesar de que no supone una preocupación excesiva para Confederación, cuentan con una barca con cuchilla que arranca la raíz desde el suelo. La operación resulta más fácil desde que hace dos semanas se abrieron las compuertas del azud de la Granadilla. Ahora, con el nivel bajo, los tallos se arrancan en menos tiempo y las máquinas pueden sacar los restos como si trabajaran en tierra. 
Aunque en el tramo urbano de Badajoz no se libra de las invasiones, los expertos reiteran que el verdadero problema se encuentra en las zonas afectadas por el camalote. Nicolás Cifuentes incluso apuesta por mantener una cuadrilla permanente dedicada exclusivamente a esta invasión.
Para evitar que en un futuro se repita con otras especies, ya se prepara una norma a nivel nacional que limite la venta de plantas invasoras en establecimientos especializados. Antes de poner de manifiesto su capacidad invasora, el camalote se solía utilizar como adorno para acuarios o estanques y se sospecha que de esta forma llegó hasta el río.