domingo, 1 de noviembre de 2015

El fenicio escruta el Tajo de Albarracín a Lisboa

Foto extremadura.com




Soy un viejo amigo del río Tajo, esta maravilla corriente que adopta varios colores. Quizás fue en Toledo, con su color paja templando una atmósfera patrimonial que embelesa al viajero. Muchos años después nos volvimos a saludar en su desembocadura de Lisboa, donde adopta el nombre de Tejo.

Dicen del Tajo que es un río tímido porque rehuye el paso de las ciudades y se empotra en barrancos inescrutables difíciles de seguir a primera vista.
Es una corriente de agua tan extensa que hay tajos donde elegir, desde las charcas remansadas de su nacimiento en Albarracín hasta los tajos sangrantes donde batallan los gancheros para bajar corriente abajo los troncos aserrados en la montaña inaccesible por tierra...
Tirso de Molina conocía la interminable orografía  fluvial y le dedicó su atención precisa:

Niño en Cuenca,
en Toledo hombre,
en Lisboa viejo





Estos dos vídeos nos dan una idea aproximada de su alcance y de maravillosa biografía, que ha generado numerosas novelas, como la de J. L. Sampedro,  'El río que nos lleva' y otras varias.





Aranjuez, Toledo, Talavera, Cáceres son hitos inigualables en un río que que se sabe alcarreño, manchego, extremeño y portugués.
Con sus 1.038 km cruza Iberia para descansar en el océano Atlántico.
En ambos vídeos puede disfrutarse esta variedad de paisajes que bordea y a los cuales ha moldeado a lo largo de millones de años.

Acabo de visitar el Tajo cuando ya empieza a convertirse en mar, en la provincia de Cáceres, entrando ya en la frontera de Portugal. Al menos 4l metros de profundidad que acogen las especies propias del río y otros peces exóticos que se han introducido con aviesas intenciones, caso del siluro.

Recorrer el Tajo en Cedillo es un refinado placer solo destinado a la gente ávida de conocimientos sobre este caudal. Porque el Tajo no suele ponerse al alcance de cualquiera. Hay que sudar para ir en su busca. Cuando finalmente se accede a las riberas, una exuberante capa de vegetación hace las delicias del visitante. Numerosas especies de pájaros anidan y se cobijan en estas aguas abundantes, limpias, muy controladas en el Parque Natural del Tajo Internacional.

Tuve un aliciente especial: mi visita estuvo bien decorada por una capa incesante de fina lluvia otoñal que deja el aire transparente sin sombras ni reflejos molestos.
En mi mente enlazo la experiencia toledana (por dos veces, en distintas visitas) y aquellas agua generosas, aquí han adquirido una tonalidad turquesa, verde clara, un manantial de vida, un tesoro natural de la Humanidad.