Las Hurdes, tierra sin pan, de Luís Buñuel, documental rodado en 1932
José García Domínguez titula su artículo La Broma. Vaya una bromita la de este concejal comunista catalán. Bálsamo sobre la inmundicia. Y van cargando la caldera de presión.
Vista la reacción de los ofendidos por ese concejal asilvestrado que acaba de acceder a los cinco minutos de gloria que Andy Warhol prometiera a todos los don nadie de la Tierra, a uno le entran ganas de promover una campaña para apadrinar a los consejeros del Gobierno de Extremadura, empezando por una Dolores Pallero, al parecer número dos de la cosa.
Y es que tras una rutinaria condena del animalito de Tarragona que acaba de insultar gratuitamente a todos los extremeños, Pallero ha considerado perentorio echarle un capote doctrinal al propio ofensor. En consecuencia, se ha apresurado a declarar que, claro, no le parece ni medio bien eso de que ciertos comunistas catalanes vayan pintando a sus paisanos como si fuesen aborígenes de alguna famélica tribu semisalvaje del Congo, "al margen de las ideas que enérgicamente defienda cada uno, que son muy respetables".
Sobre todo, eso, que quede muy clarito lo del respeto ecuménico de Pallero por las ideas. No vaya a ser que algún despistado se nos quede sin acusar recibo de que la doña experimenta un aprecio reverencial por la doctrina teórica contenida en el Mein Kampf de Adolfo Hitler, por los escritos justificando el genocidio redactados por Pol Pot antes de exterminar a la mitad de los camboyanos, y, naturalmente, por toda la basura intelectual que alimenta al catalanismo abiertamente racista, desde aquellos panfletos pergeñados por Pompeu Gener a finales del siglo XIX hasta las zafias deposiciones en internet del edil Suñé.
Recuperada de Mariano Digital, 3 de agosto 2008